Charlie Williams, un oficial de 25 años, perteneciente al regimiento Irish Guards, protagonizó el accidente durante ejercicios de su batallón.
Un colega brincó previamente sin problemas desde un Cessna 102, pero cuando llegó el turno de Williams su paracaídas, tras abrirse, se enredó en su cuerpo y se cerró, precipitándolo en caída libre a casi 200 kilómetros por hora.
"No podía hacer nada. Era completamente impotente. Me dije a mí mismo que había llegado el momento de morir. En segundos giraba en espiral y entré en absoluto pánico", narró el militar.
Su jefe, el coronel Mike Smith, afirmó que cuando llegó a la zona del accidente "estaba convencido de que encontraría un cadáver o un hombre gravemente herido. Es un hombre muy afortunado", manifestó.
1 comentario:
jajja que tipo con suerte.
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