lunes, junio 20, 2005

Casa Curuchet

Arq. LE CORBUSIER 1949

Además de las vistas pasantes hacia el parque y la maestría delaxo enlace con las dos casas contiguas, de las múltiples y cautivantes perspectivas y las sensaciones (que no emociones) provocadas por espacios sabiamente modelados, puede verificar las prolijas proporciones y la perfecta ejecución constructiva; la singular calidad de la carpintería –interior y exterior-; la original resolución de muchos detalles.

El trazado de la plata parece haber ejercido una fascinación particular sobre Le Corbusier. Podemos conjeturar las razones de esta fascinación de su organización geométrica, o mejor dicho, en los encantos de su doble geometría (el cuadrado y sus diagonales).

El lote es estrecho, aunque tiene la ventaja de enfrentar al Bosque. Y sobre él Le Corbusier debía construir la vivienda de un medico y su consultorio.

El partido (visible en su corte longitudinal), define con claridad dos núcleos (vivienda-consultorio) articulados en vertical por un patio y una rampa dispuestos en forma tal que ambos participan del Bosque haciendo que la vivienda (que no es demasiado diferente de las cedulas de Le Corbusier para sus unidades de habitación) expanda sobre la cubierta del consultorio. Hasta aquí, la vivienda con sus pilotis, planta libre y tolt jardín nos remite a la de generalidad de la villa ideal, ese particular alojamiento para el hombre “universal” de Le Corbusier, mas allá de las particularidades culturales o de emplazamiento.pb

Analicemos esta propuesta general dentro de las particularidades del lote en La Plata. Desde el Bosque se perciben claramente dos núcleos, por ser el cuerpo delantero más bajo y, además, transparente en planta baja. Mientras el cuerpo anterior mantiene la línea de la fachada, el cuerpo posterior esta en tensión girado. Esto es consecuencia de la geometría del lote y de su manejo por parte de Le Corbusier.

Si nos acercamos la tensión desaparece junto con el cuerpo trasero, y pasa a ser dominante, el contraste entre la planta libre transparente y el volumen opaco del primer piso, definido por parasoles de hormigón. Pero si miramos con detenimiento la planta libre apuntamos que sus medianeras acompañan la rotación del cuerpo posterior, y solo nos daremos una idea de la diagonalidad de este espacio si nos olvidamos de las columnas de diagramación (sistema domino) y dibujamos la vivienda de acuerdo a la geometría de la calle.

Llegamos a la puerta único elemento corpóreo y opaco, al nivel peatonal, sobre la línea de edificación.1 er piso

Se abre la puerta y se despliega ante nosotros el juego de una rampa que asciende y el terreno natural que desciende hacia el fondo, dentro de una caja fuertemente definida por muros losas y columnas. Sobre el cuerpo vidriado del hall de acceso, al final de la rampa, primera visión esta vez reflejada de Bosque como resultado de un alero profundo y sombrío, que transforma a los vidrios en espejos, el juego opaco-transparente se enriquece por el de luz-sombra.

Al tomar la rampa un árbol lleva nuestra vista hacia arriba; una perforación vertical del volumen en toda su altura. Subimos. Al llegar al descanso, segunda rotura en vertical, pero esta vez hacia arriba y hacia abajo: el piso se ha transformado en una pasarela. Giramos para acceder al hall, y si volvemos la vista nos encontramos con un acorde sobresaliente del juego abierto-cerrado: la vision, ahora real del Bosque, más luminoso aun desde un ojo acostumbrado a la penumbra.

Visuales paralelas perpendiculares al plano horizontal (reflejos sobre vidrios, roturas verticales) contrapesadas con visuales oblicuas, ascendentes o descendentes, acompañadas por la rampa.

También debemos diferenciar aquellas visuales que son paralelas a los limites de medianeros de la caja que aquellas que son perpendiculares al limite de la fachada.

Entramos al hall, una caja vidriada. Solo anotaremos que en los descansos de su escalera de su escalera seguimos teniendo visuales del bosque, ahora desde una segunda caja, vidriada, que esta dentro dentro de otra, opaca, que participa por sus roturas de un espacio “natural”. Y llegamos al primer nivel de la vivienda propiamente dicha. Volvemos a ver el bosque, primer limite, la vidriera del estar: segundo limite, los parasoles y la cubierta superior de la terraza. Si pasamos a esta nos reencontramos con el primer corte vertical de nuestro recorrido: hacia abajo el arranque de la rampa y el árbol que nos sobrepasa y se recorta mas arriba con el cielo. La terraza es la culminación de nuestro recorrido y el remate de la composición. El punto de llegada se vincula con el punto de partida. Al llegar a la línea de fachada reaparece el tema: derecho-oblicuo, mediante un falso escorzo en la losa que ensancha la terraza.

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